martes, 22 de septiembre de 2009

Clase 030 Exaltaciones y caidas de las octavas superiores

Quien haya estudiado ya algo de cosmobiología se habrá dado cuenta de que los signos que he atribuido como lugares de exaltación de las octavas superiores no coinciden con los que suelen mencionarse en algunas obras. Pero antes de comenzar con los porqués, también hay que decir que tradicionalmente a MERCURIO se le asigna la Virgen como signo de exaltación, aparte de que es su domicilio nocturno.

Ello, para empezar, sería una anormalidad con respecto a los demás planetas, pues ninguno de ellos se exalta y se domicilia en un mismo signo. Según nuestra opinión, durante la Era de Piscis Mercurio se exaltó en la Virgen, correspondiendo al intelecto analítico y contrapuesto a la religión (Peces, signo opuesto a la Virgen). Pero a partir de 1948, comienzo de la Era de Aquarius, Mercurio se exalta en el Aguador, el signo de los inventos modernos, la intuición y el razonamiento de síntesis. Por otro lado, la propia intuición y el razonamiento analógico nos llevan a dar una concepción como válida: el planeta del intelecto se exalta en el signo de la intuición y la investigación.

Veamos ahora la exaltación de las octavas superiores.


URANO.

Para muchos autores Urano se exalta en Escorpión, seguramente por los modos bruscos que a veces tiene ese signo y por sus rasgos de inspiración. Pero, a mi entender, la inspiración escorpioniana es emocional y no mental, a la vez que sus brusquedades son plutonianas (conflictos internos) y no uranianas (excentricidad y desapego emocional). Por tanto, nos parece perfectamente lógica la atribución del signo de los Gemelos como lugar de exaltación de Urano. Es ahora el genio intelectual (Urano) el que se exalta en el mundo del pensamiento veloz y buscador (Gemelos).


NEPTUNO.

En relación con lo mencionado acerca de la inspiración mística del Escorpión, consideramos a Escorpión como signo de exaltación de NEPTUNO. Puesto que no se trata de mencionar grandes cosmobiólogos sin más, veamos ahora qué razones avalan la afirmación. La palabra-clave de Escorpión es YO CALLO, indicando que este signo es místico, con capacidad de introspección y con un mundo interno rico y complejo. Su inspiración, además de su tendencia a la evasión o a la sublimación, evidentemente la toma de Neptuno. Si no, no se explicaría cómo un signo drástico y a la vez sensible, estaría influenciado sólo por los dos planetas más enérgicos del zodíaco: Marte y Plutón. De aquí se deduce que Neptuno es el que suaviza la fuerza escorpioniana externamente y la intensifica en cuanto a complejidad psíquica interna.

También podríamos llegar al mismo razonamiento por eliminación, viendo qué signos no son exaltación de ningún planeta y estudiando sus posibles afinidades, lo cual sería demasiado largo. Sólo voy a comentar que no pocos astrólogos consideran al León como signo de exaltación de Neptuno, lo cual entiendo que tiene muy pocas probabilidades de ser cierto. El León no tiene cualidades místicas pasivas, ni de retiro interno ni de emotividad delicada. Sus características casi son contrarias.


PLUTON.

Pasemos ahora a Plutón, la última de las tres octavas superiores descubierta, que muchos astrólogos consideran en exaltación en el signo del Carnero, aun cuando desde siempre el Sol se ha exaltado tradicionalmente allí. Si Plutón se exaltara junto al Sol en el Carnero, la simetría y la perfección ya comprobadas del zodíaco quedarían rotas. Pero, aparte de cuestiones estéticas, entiendo que Plutón no afina con el Carnero por los siguientes motivos:

Plutón se caracteriza ante todo por su energía interna, su actividad externa y, no hay que olvidar que, también, por su capacidad de interiorización simultánea a las anteriores facetas. Esa cualidad de la introspección no es propia del Carnero, el cual no se caracteriza por la interiorización, la auto-observación ni el trabajo de transformación interna. El Carnero vive, se desarrolla y toma conciencia de sí mismo a través de la acción enérgica hacia fuera.

Pienso que Plutón se exalta en el León por varios motivos. Por eliminación, los signos en los cuales no se exalta ningún planeta por el momento son el León, la Virgen y el Centauro. En la Virgen no se puede exaltar el planeta de la sexualidad (Plutón), ni en el jovial y extrovertido Centauro el planeta del trabajo intenso sobre uno mismo (Plutón), aparte de que el comportamiento del Centauro no es plutoniano, debido a la afinidad con lo social que le da Júpiter.

Veamos ahora qué motivos respaldan la hipotética exaltación de Plutón en el León.

En primer lugar, el signo del León se caracteriza por su poderosa energía interna y su vitalidad sexual aparte de que, por estar regido por el planeta de la conciencia (Sol), es un buen signo para la exaltación del desarrollo de la conciencia (Plutón). En sentido desarmónico, el León se comporta con cierto descontrol en el plano sexual, con abundantes roces interpersonales y con pasiones intensas difíciles de dominar, siendo todas éstas unas cualidades generadas por Plutón en su aspecto desarmónico.

Las cualidades que daría Plutón con caída en el Aguador (opuesto al León) serían, en sentido armónico, el aplacamiento o merma de fuerza de los instintos y la autoconciencia a través del saber y el conocimiento; y, en su vertiente disonante, la falta de poder para autotransformarse por demasiado intelectualismo y poca práctica como, también, la poca energía vital en la lucha contra los obstáculos de la vida.

Volviendo ahora al concepto de perfección ideal y estética del zodíaco, resulta más lógico pensar que, en el supuesto de que se descubrieran los planetas transplutonianos X e Y, quedarían 12 planetas astrológicos exaltados cada uno de ellos en un signo diferente. Así, la supuesta octava superior de Júpiter se exaltaría en el Centauro y, la de Saturno, en el signo de la Virgen.

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