Al explicar el mecanismo de las estaciones se vio que éstas estaban causadas por la mayor o menor perpendicularidad de los rayos solares respecto a los diferentes puntos de la Tierra, debido a la inclinación del eje de nuestro planeta respecto al eje del plano de la eclíptica (fig. 18).
Ahora vamos a estudiar el fenómeno estacional desde la perspectiva geocéntrica.
El Sol recorre en un año el círculo de la eclíptica (fig 23).
Cuando nuestra estrella se coloca en alguno de los dos puntos de corte entre la eclíptica y el ecuador celeste, ésta se encuentra en el equinoccio (de primavera o de otoño). Es decir, cuando el Sol se coloca a la altura del ecuador celeste sus rayos inciden con igualdad tanto en el hemisferio norte como en el sur, siendo por tanto la duración del día igual a la de la noche (equi-noccio). El equinoccio de primavera para el hemisferio norte (el de otoño para el sur), ocurre al estar el Sol en la posición 2 (21 de Marzo) y, el equinoccio de otoño para el hemisferio N (de primavera para el sur), sucede cuando el astro rey llega a la posición 4 (22 de septiembre).
El Sol, a partir de la posición 2, sigue ascendiendo respecto al hemisferio N y llega al punto de máxima altura y perpendicularidad sobre éste (posición 3). En ese día (22 de junio) se produce el solsticio de verano para el hemisferio N y el de invierno para el sur, ocurriendo el día más largo en el primero y el más corto en el segundo. Además, nuestro astro solar está entonces a la altura del trópico de Cáncer, que se ubica a 23º 27' N de latitud terrestre.
A partir de ese instante, el sol inicia de nuevo su acercamiento al ecuador celeste, momento en que se produce el nuevo equinoccio (22 de septiembre), en la posición 4.
Por último, el Sol llega en el solsticio de invierno para el hemisferio N (de verano para el sur) a la posición 1. Allí, nuestra estrella se sitúa a la altura del trópico de Capricornio (23º 27' S de latitud terrestre).
A partir de esta explicación es fácil entender por qué, dependiendo de la época del año, el observador ve al mediodía llegar al Sol un poco más arriba o más abajo. Este hecho es debido a la perpendicularidad mayor o menor que haya entre el punto terrestre en cuestión y el Sol en un momento preciso.
Por supuesto, en el solsticio de verano, el astro rey alcanza la máxima altitud al mediodía solar y, en el solsticio de invierno, la mínima.
Los signos zodiacales se delimitan a partir de los puntos equinocciales y solsticiales. Este es el llamado zodíaco intelectual o zodíaco de los signos, que es una abstracción matemática del espacio mental que rodea la Tierra, en relación indirecta con las 12 constelaciones zodiacales físicas en el cielo, que conforman el zodíaco natural.
Como se verá al hablar de la precesión equinoccial, no es lo mismo un signo que una constelación. El zodíaco natural y el intelectual rotan uno con respecto al otro y, además, cada uno de estos se usa para estudios diferentes en la Cosmobiología. El zodíaco que vamos a analizar ahora es el intelectual o de los signos, que está formado por 12 porciones exactamente iguales en longitud, siendo éstas de 30 360º). Los puntos solsticiales y equinocciales, que son cuatro puntos estacionales en total, dividen al zodíaco intelectual en cuatro cuadrantes, cada uno con tres signos zodiacales (fig. 24).
Los signos zodiacales, para diferenciarse de las constelaciones, se han de denominar en el idioma del país correspondiente (en este caso español) y, estas últimas, se nombran en latín.
Antes de continuar con la explicación, pasamos a dar el nombre de los 12 signos zodiacales en el orden en que deben memorizarse. Véanse sus símbolos respectivos en la figura:
El signo del Carnero, considerado como el primer signo zodiacal, ocupa los 30º que van a partir del punto equinoccial del 21 de marzo en el sentido del movimiento solar (Fig. 24).
Por tanto, cuando el Sol se sitúa a 0º del signo del Carnero, se produce el equinoccio de primavera para el hemisferio N y el de otoño para el S.
Es decir, si una persona es del Carnero, por ejemplo, sólo significa que, cuando ese individuo nació, su Sol estaba en alguno de los 30º de ese signo. Pero, para hacer una interpretación cosmobiológica seria, es necesario conocer en qué signos zodiacales se encontraron los restantes planetas en el nacimiento, dónde se hayan colocados al hacer la interpretación y otra serie de factores que ya se detallarán más adelante. Por tanto, la insistencia excesiva que se suele hacer en la descripción psicológica del sujeto sólo a partir del signo solar, demuestra una tremenda ignorancia del tema.
Por todo ello el saber que una persona tuvo a su Sol en un determinado signo al nacer, es tan poco como conocer únicamente la nacionalidad de un ser humano para hacerle un estudio psicobiológico.
Los signos del Carnero, el Toro y los Gemelos son primaverales (fig. 24); el Cangrejo, el León y la Virgen son estivales; la Balanza, el Escorpión y el Centauro son otoñales; y, por último, el Macho Cabrío, el Aguador y los Peces son invernales, todo ello en relación al hemisferio N, pues éste se toma como referencia al ser de polaridad activa, positiva, expansiva, dadora etc., mientras que el sur representa la polaridad receptiva.
Por tanto, el zodíaco de los signos está "apoyado" sobre el ecuador celeste o prolongación del ecuador terrestre, siendo recorrido por los planetas directos, el Sol y la Luna en el sentido: Carnero, Toro, Gemelos, Cangrejo, León....Cada signo zodiacal tiene 30º de longitud eclíptica y, por lógica, 17º de latitud eclíptica (entre 8'5º de latitud eclíptica N y 8'5º de latitud ecliptica S). El signo del Carnero va de los 0º de longitud eclíptica a los 30º; el Toro, de los 30º a los 60º; los Gemelos, de los 60º a los 90º, y así sucesivamente.
Pero, por lo común, no se dice que Plutón, por ejemplo, esté a 60º de longitud eclíptica sino a 0º de los Gemelos, que es lo mismo.
Si se menciona que Venus está a 42 grados de longitud eclíptica, por ejemplo, a este dato lo podemos denominar longitud eclíptica total y, si se localiza a Venus a 12º del Toro, estamos indicando su longitud eclíptica parcial o longitud por signo. Ambos datos significan exactamente la misma cosa 12º del Toro).
Los signos son un espacio conceptual o abstracto de la banda zodiacal en el plano físico y, en el espacio mental, representan direcciones distintas de las fuerzas astrales con respecto a la Tierra. Desde la perspectiva cosmobiológica, está demostrado por la práctica que los planetas emiten energías diferentes dependiendo, no sólo del signo zodiacal en que se encuentren sino, también, del grado de ese signo en que estén.
El zodíaco de los signos (intelectual) se utiliza para estudiar al hombre como individuo (microcosmos), pues es algo así como una banda zodiacal terrestre, ya que se inicia en el corte de la eclíptica con la prolongación de un círculo de la Tierra (ecuador celeste). El punto equinoccial de primavera (hemisferio N) es algo así como la prolongación del "ombligo de la Tierra" hacia el cielo mediante una línea perpendicular a su eje de rotación ("cabeza-pies"). Sobre esa extensión celeste del "ombligo terrestre" se encuentra apoyado el zodíaco de los signos (intelectual).
No hay comentarios:
Publicar un comentario